martes, 6 de septiembre de 2022

¿Vale la pena la soltería a largo plazo? Desde la trinchera de la soltería

Me preguntaron, ¿Si lo volvieras a hacer, elegirías otra vez la soltería? Siempre he pensado y dicho que toda elección de vida que hagamos tiene un precio, ser soltero tiene un precio, casarse tiene otro, tener familia tiene otro y por supuesto, todo tiene sus pros y sus contras.

Hoy quiero hablar de la soltería a largo plazo, su costo, sus lecciones y sus pros y contras desde mi propia experiencia de soltera de largo plazo. Desde muy temprana edad decidí que la soltería era mi estado favorito, y aunque eso no me evito tener relaciones, unas más cortas y otras menos cortas, siempre tuve definido que para comprometerme requería sentir cosas que no sentí (sobra decir que ni sabía lo que quería sentir) y fui aprendiendo que uno encuentra lo que busca, yo no busque casarme, no lo encontré.

Las razones para escoger la soltería fueron varias, algunas externas y otras internas. Entre las externas estaba el que no viví con una imagen de pareja en mi casa ya que solo crecí con mi papá, además quien normalmente empuja y cuestiona a los hijos sobre pareja/matrimonio/hijos es la mamá y yo no tuve esto, luego resulta que tengo una personalidad que siempre se caracterizó por que no le gustaba hacer lo que todos hacían, a mí me gustaba cuestionarme el porqué de todo (hasta hoy), mi papá opto por ser soltero después de su divorcio e incansablemente hablaba de los beneficios de serlo (seguro para convencerse el y no necesariamente para convencerme a mí, pero termino por convencerme), y mi idea de la vida era viajar, trabajar, salir con quien quisiera y vivir todas las experiencias posibles y todo esto requería libertad absoluta y en ese entonces yo no veía que las relaciones proporcionaran esa libertad que yo quería. Las razones internas fueron el miedo al compromiso, el miedo a perder mi libertad y sin duda alguna la brutal ignorancia que yo sentía que tenía de no saber cómo ser pareja ni como construir una relación sana, divertida y de crecimiento de las cuales nunca vi muchas a mi alrededor.

Hoy tengo más de 50 (y más cerca de 60 que de 50), y aunque siempre escuche que a los 50 todo cambia, más bien yo diría que a los 50 (tal vez algunos un poco antes y algunos otros después) todo empieza a cambiar, nada sucede de un día para otro, pero si puedo decir que empiezan los cambios, creo que la mayoría son cambios muy agradables como el escoger y filtrar a las personas con las que realmente quieres estar, aprendes a decir que no sin mayor culpa, tomas mejores decisiones, hay más sabiduría en tu vida diaria, entiendes lo que es importante y lo que no, puedes resolver problemas con mayor facilidad, tienes mayor profundidad y entendimiento de la vida, ya sabes que hay pocas cosas que realmente son de vida o muerte, ya sabes que en el trabajo no pasa nunca nada aunque no contestes todas las llamadas, ya andas por la vida con más tranquilidad y con mayor temple. Sin embargo, también hay algunas difíciles como el aceptar que uno ya es "Señor" o "Señora" y ya nadie te dice "joven" o "Señorita" o "el chavo o la chava esa", que los niños te ven muuuuy adulto, que la piel cambia, que las arrugas empiezan, que te vuelves más lento, que ya no estas guapo ni guapa, sino que ahora "estas muy bien para tu edad", que no ves bien y hay que andar con lentes en todos lados, y que ya en lugar de chiflarte te ofrecen ayuda para cruzar la calle. Cómo mencione al principio, todo viene con un costo, la sabiduría, el temple y la tranquilidad vienen con arrugas y con un cuerpo más lento y menos ágil, y la belleza viene de otra forma.

La vida tiene sus etapas, la de la infancia y crecimiento dónde todo es jugar, pasarla bien e ir aprendiendo de la vida, después viene la etapa de la prisa y la lucha por lograr, trabajar, demostrar, comprar, tener, ahorrar, formar familia, es la etapa en dónde no tienes tiempo de nada, te la pasas persiguiendo algo, dinero, hijos, logros y no tienes tiempo ni de pensar quién eres o que quieres o hacia dónde vas. Luego empiezas a entrar al otoño de la vida y casualmente el otoño es mi estación favorita del año, es la etapa en dónde tus prioridades cambian, en dónde la inteligencia que te caracterizo se va convirtiendo en sabiduría, en dónde sigues aprendiendo, pero más tienes que enseñar, en dónde tienes que aprender a soltar quien eras (CEO, Director, papá o mamá de unos hijos que ya son independientes) e irte convirtiendo en lo que serás, ahora sí, el resto de tu vida, en dónde ya no eres el innovador, pero eres el "sabio", el de la experiencia, en dónde se te olvidan las cosas, pero entiendes lo que es importante, en dónde el tiempo transcurre distinto y la prisa se va perdiendo, en dónde tienes más pasado que futuro, en dónde hay más reflexión y más introspección, en dónde empiezas a hacer el recuento de tu vida, en dónde ya siempre vas a escoger convivir con tus amigos, con tu familia o con la gente que quieres antes que trabajar porque esto es lo que te vas a llevar, ya aprendiste que te acuerdas de las fiestas, de las reuniones, de los viajes, de las conversaciones, de las risas, y no te acuerdas de las veces que te quedaste a trabajar tarde ni de las juntas, aprendes a escoger las experiencias y las conexiones emocionales sobre cualquier otra cosa.

Ser soltera ha sido una estupenda decisión para mi hasta hoy, ya que de otra forma no hubiera podido llegar a ser lo que soy, ni tampoco hubiera aprendido lo que aprendí (seguramente hubiera aprendido otras cosas), pero sobre todo reconozco que yo no hubiera sido una buena compañera de vida antes, ya que además de no tener la voluntad, no tenía ni el conocimiento, ni la madurez, ni las herramientas para serlo, así que "so far, so good".

Y llegando al punto de si vale la pena la soltería en el largo plazo, que además siento que no debe mal confundirse con una pérdida de libertad, y desde mi trinchera, que es la de alguien que está ya un poco más allá de la mitad de su vida y que viene de ser "soltera comprometida" (es decir, soltera por convicción), puedo atestiguar que el costo de ser soltero se va incrementando con la edad y también noto que encontrar un compañero de vida y un cómplice de aventuras se va complicando, pero que sin duda alguna es una buena decisión tratar de encontrarlo o encontrarla. Creo que la vida compartida tiene un encanto distinto, que los tiempos difíciles se sienten menos y que los buenos se disfrutan el doble y que en el otoño de la vida, cuando ya no hay tanta prisa y ya aprendimos a disfrutar los momentos, cuando ya sabemos que nos queda menos de lo que ya vivimos, una relación sana, profunda y estable nos ayuda a tener dirección, motivo y nos da otra forma de disfrutar la vida.

Así que, esto es lo que yo le diría el día de hoy a cualquier persona que me lo pregunte: Escoge lo que te diga tu corazón. Haz todo lo que puedas hacer y vive todo lo que puedas vivir. No hagas nada porque todos los demás lo hacen. Encuentra siempre tu propia verdad y tus propias razones. Haz tu propio camino y encuentra tu propia filosofía, pero cuando llegues al otoño de tu vida, sin importar lo que hayas elegido antes, procura tener con quien compartir, procura encontrar a quien darle todo lo que eres y todo lo que has aprendido, procura compartirte y compartir la vida, porque no hay nada más satisfactorio que dar cuando puedes, tienes y quieres hacerlo, pero aprende a estar soltero también, porque no te deseo que jamás dependas de nadie en ningún sentido y porque si es necesario o es lo que eliges, lo debes saber hacer con convicción y plenitud. 

En realidad, en la vida hay tiempo para todo, hay tiempo de estar soltero y tiempo de estar con alguien, y hoy con lo vivido y lo no vivido y con la experiencia que he acumulado, puedo decirles que, en algún momento de la vida, el que cada quien elija, vale la pena encontrar lo que Hernaldo Zúñiga llama "Un amor fundamental".


3 comentarios:

  1. No se si se vera mi comentario porque luego nunca lo encuentro ja,, muy buena exposición de tu soltería, aplaudo y respeto también lo que cada quien elija cuando y como lo elija. Mi soltería vino después del matrimonio y una vez mas me enamore, pero ahora de haber encontrado mi Vocación de Soltería y si, aunque como todo proceso no ha sido miel sobre hojuelas, he llegado a mi mas de media edad a gozarla a plenitud y curiosamente como tu de chaveta, yo ahora de mayor, me asalta el temor de perder mi libertad porque después de tanto tiempo de ser mi mejor amiga y compañera, ignoro como se le hace una ez mas para hacer espacio para alguien mas. En fin….tema muy extenso. Gracias

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  2. Yo a mis casi 60 estoy mas que convencido que lo mio era ser soltero y la disfruto muchísimo. Yo simplemente no me puedo imaginar con familia y esposa. Nunca he estado ni cerca de casarme, he vivido con unas cuantas novias, hago lo que se me pega la regalada gana, puedo salir con quien quiera, si un día ando caliente también tengo una amiga mas caliente que yo, me voy de viaje a donde se me antoje (vengo llegando de un viaje por India en bici de gravel increible) y no tengo que rendirle cuentas a nadie.. jaja VIVA LA SOLTERIA!!!!!

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  3. Hola Cricket, creo que todos tarde o temprano volveremos a la soltería por temas de vida, unos antes otros después o cuando la muerte llega para una de las personas….como sabes estoy casado y tengo unos hijos hermosos, pero siempre me cuestiono internamente mi soltería y lo que deje de aprender y hacer, lo mucho que me falto hacer, creo debí de seguir soltero hasta los 50 y de ahí ver……. Saludos desde 33149. Ya sabes quien soy :).

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