viernes, 10 de enero de 2020

Que aprenden los hijos de nuestra relación

Creo que pocas veces pensamos en los efectos que nuestra relación o matrimonio tiene en nuestros hijos, creemos que solo por quedarnos juntos estarán mejor y que si nos separamos estarán peor. Yo estoy segura de que todos hacen lo mejor que pueden y que nadie lastima ni le da un mal ejemplo a sus hijos con intención, pero también creo que muchas veces no hacemos suficiente conciencia de que nuestra forma de relacionarnos o no con la pareja o nuestra decisión de separarnos o no les da ejemplos a veces muy erróneos de lo que debe ser una relación.

Las enseñanzas de familia y de pareja que recibimos suceden todos los días de nuestra vida, aún cuando ya estamos fuera del seno familiar y suceden aunque no lo queramos, es una programación que recibe nuestro disco duro. Hay enseñanzas que los padres conscientemente hacen como enseñarnos a saludar, a dar las gracias, a como comer, etc, pero hay muchas más que no nos enseñan pero las aprendemos porque las vemos todos los días y son inconscientes por parte de los padres.

Si vemos que nuestra mamá no platica con su esposo, no es cariñosa, se desespera con el o simplemente lo ignora o lo regaña todo el tiempo, lo aprenderemos de esa forma sin siquiera pensarlo. Si el papa llega todas las noches y no convive y se pone a ver la televisión o a trabajar y no esta  realmente presente con la familia, curiosamente cuando los hijos entran a una relación tienen una altísima probabilidad de repetir este patrón, si hay vida familiar pero no de pareja también es lo que aprenderemos a repetir, porque aprendieron que lo que vivieron era "normal" si hay indiferencia en la pareja, los hijos aprenderán o creerán que la indiferencia es el "amor de pareja", si hay pleitos o fricciones o gritos constantes también aprenderán que así funciona una relación, todas estas cosas que enseña nuestro comportamiento sin pretender enseñar es lo que va marcando a nuestros hijos y lo que van aprendiendo de lo que es una relación en pareja y una familia.

Casi ninguno de estos aprendizajes los tenemos conscientes hasta que entramos en una vida de pareja, no de novios, si no ya de matrimonio o de vivir juntos. En cuanto se casan, sin querer, y como en instantáneo, cada uno empieza a repetir los patrones aprendidos en su respectivo hogar y aquí es dónde viene el primer shock de convivencia marital y es esta la razón por la que la gente dice que "todo cambia cuando te casas", en efecto cambia , porque ya no eres el novio ni la novia, de repente y sin pensarlo te vuelves tu mamá o tu papá y de instinto repites comportamientos, solo que cada uno espera cosas distintas y tiene diferentes ideas de lo que es "normal" en un matrimonio y en una familia pero como estas cosas nunca se hablaron, de repente empiezan a explotar.

Tristemente no nos preparamos para una relación como nos preparamos para otras cosas en la vida y lo que hacemos es repetir lo que vimos con nuestros padres y algunas de las cosas que vivimos son buenos ejemplos pero otras veces no tanto pero como no lo sabemos y es hasta que entramos a una relación que lo empezamos a descubrir se vuelve difícil de anticipar.

Me ha tocado ver hijos malcriadisimos e hijos bien portados y hace no mucho aprendí a observar a los padres de estos hijos y sin duda alguna hay un efecto directo del comportamiento de los hijos que es un reflejo de la relación de los padres. Cuando son una pareja con armonía, que se tratan con respeto, que son un equipo y que comulgan en la educación y tienen repartidos los roles y cada uno tiene su responsabilidad y se respetan en sus decisiones, los niños sienten esa armonía y se comportan de una forma distinta a cuando ves hijos de parejas que se gritan mucho o que no se respetan o que no comulgan en la educación o cuando uno dice una cosa y el otro dice algo distinto, estos niños en general son más inquietos, menos seguros, más traviesos o mal portados, más berrinchudos, menos estables. La estabilidad de una pareja se siente y se refleja de una forma directa en los niños y en los adolescentes y tiene grandes consecuencias cuando son adultos y empiezan a estar en una pareja.

Así que al considerar como se llevan con su pareja, que tipo de relación tienen y en ocasiones saber si se quedan o se van también deben pensar en que tipo de ejemplo le dan a sus hijos al hacerlo y  hay que considerar que la comodidad de quedarse no siempre es el mejor ejemplo. En general cuando se esta en una mala relación, ya sea abusiva, indiferente, distante, etc, casi siempre pensamos que no hay que separarse por los hijos, que hay que conservar el hogar y la familia y aunque en efecto a los hijos siempre les "acomoda" más tener a papá y a mamá juntos, a la larga el ejemplo que les damos con las decisiones que tomamos es más profundo y los marca más que el quedarnos dónde estamos por miedo o por seguridad o por comodidad.

Tengo varios amigos que cuando se han separado alguno de sus hijos le ha dicho "Vaya, hasta que dejaste de permitir el abuso", o "ya te habías tardado, si ni se hablaban", o "te felicito por haberte salido de esa relación que no te permitía crecer" o "no sabía que eras una persona alegre y sonriente hasta que te separaste". Lo que quiero decir con esto es que los hijos sienten cuando una relación es buena y cuando no lo es y eso a la larga les repercute más en su comportamiento y en sus decisiones futuras. Es mejor una separación para darles un ejemplo de fortaleza y respeto que quedarse en una mala relación de abuso o indiferencia que les puede provocar otras consecuencias como inseguridades, agresividad, indiferencia, miedos, incapacidad de amar, de comunicarse, etc.

Pero también es importante que si deciden quedarse en una relación esto debe representar un compromiso no solo de estar si no de trabajar para mejorar la relación, que los hijos vean que cuando algo no esta funcionando se debe hablar y actuar para mejorar porque esto les hace ver que las cosas no siempre son buenas y que cuando no lo son se debe luchar para lograr que mejoren y no solo dejar que las cosas se vayan deteriorando sin hacer nada. El ejemplo que debemos dar es de empuje, de decisión, de lucha y nunca de conformidad o comodidad.

Así que si tenemos hijos somos responsables  no solo de lo que les enseñamos sino también y más importante aún,  del ejemplo que les damos, así que aunque lo que les decimos que deben hacer es importante, es todavía más  importante lo que hacemos con ellos y frente a ellos, porque la palabra convence pero el ejemplo arrastra.

¡Siempre será mejor venir de un hogar roto que vivir en uno!