Por otro lado la adicción se define como un trastorno mental crónico y recurrente, pero curable, que implica una dependencia fisiológica o psicológica de algo que produce una sensación de alivio momentáneo y se caracteriza por una búsqueda patológica de este alivio o recompensa a pesar de sus consecuencias nocivas. Las adicciones te hacen sentir mal aunque tengan momentos de éxtasis.
Si el amor construye y la adicción destruye, ¿cómo se relacionan el amor y la adicción ? Son cosas que no deberían ni de traslaparse y de hecho no lo hacen, lo que se traslapa es la pasión, el enamoramiento, la necesidad, la dependencia y todos esos sentimientos que no son amor pero que si pueden llegar a generar en el cerebro el mismo efecto que una droga y por ello muchas personas que tienen una inclinación hacia la adrenalina, al alcohol o a las drogas o que tienen una personalidad de alguna forma "adictiva o intensa", pueden "engancharse" en este tipo de relaciones dañinas o "adictas" porque les proporcionan un efecto similar.
Como instinto natural buscamos estar con personas que nos hagan sentir bien. Desde que somos niños, cuando alguien nos trata mal, nos hace sentir incómodos, nos insulta o nos lastima de cualquier forma, tendemos a alejamos de ellos, es simplemente un instinto de protección. Así que amar a alguien que constantemente nos provoca algún tipo de angustia es anti natural, pero a veces, a temprana edad, cuando no nos podemos alejar de estas personas que nos mal tratan porque son nuestros papas o hermanos o familiares es lo que puede ser el inicio de que crezcamos con ideas erróneas de lo que es el amor y de lo que es querer sanamente.
¿Porqué caemos en estas relaciones adictas? El perfil de las personas que caen en estas relaciones normalmente tienen la siguiente combinación: Una persona con baja auto estima y por ende una gran inseguridad que le provoca celos, control, aprehensión, drama para obtener atención ya que no se concibe en soledad y que "necesita" de alguien para sentirse completo y por el otro lado una persona que es más dominante, a veces egocéntrica, poco afectuosa y con una gran necesidad de reconocimiento y aprobación de los demás y los une esta aparente combinación de verdugo y esclavo y comparten inconscientemente que no están acostumbrados a querer y a ser queridos sanamente. Se acostumbraron a que el abuso, los gritos, el mal trato o el dolor son normales. Como todo lo que sucede en el ser humano hay variables dentro de estos perfiles, pero para que suceda una relación de este tipo lo que no falla es que ambos crecieron con distorsiones de lo que es el amor y se atraen porque se "necesitan" para reproducir algún cuadro patológico con el que crecieron.
¿Se puede salir de una relación adictiva? La respuesta es si, pero no es fácil, es el mismo proceso que dejar la droga o el alcohol y el primer paso es reconocer que es dañina y que no queremos y no debemos estar ahí porque esta relación nos limita y nos hunde. Debemos utilizar ayuda profesional si es necesario. El siguiente paso será entender porque generamos ese tipo de relaciones y de dónde viene esa patología ya que para solucionar un problema hay que entender el origen y así evitar volver a caer en lo mismo la siguiente vez.
El amor no es "necesitar a alguien", no es decir o sentir "que no podemos respirar sin la persona", no es agobio ni obsesión, no es terminar y volver cada semana, no es querer estar con alguien aunque la pasemos mal, aunque nos mal trate o nos ofenda, aunque nos peleemos todo el día, no se debe sentir como una droga que nos da ratos llenos de adrenalina para bien y para mal, en el pleito y en la pasión, el amor debe generar paz y serenidad, debe hacernos sonreír y no generar un nudo en el estomago. Debe darnos tranquilidad y apoyo para poder crecer como personas y como pareja, el amor dañino o adicto, al igual que las drogas, te mata poco a poco.
La misión es encontrar a alguien que no te necesite para nada pero te quiera para todo.