Una relación Boomerang es aquella que va y viene y va y
viene y va y viene…son de las que ya nadie les cree ya cuando
les dicen que “otra vez” terminaron. No me refiero a aquellas relaciones que
terminaron por ciertas circunstancias y
un tiempo después se dieron otra oportunidad, me refiero a las que todos se dan
cuenta que es un error repetido el volver menos los involucrados, hablo de las
que sufren de amnesia emocional.
Dicen los expertos que las personas que caen en
este tipo de dinámicas es debido a que sufren de una inmadurez emocional ya que
en general las parejas a las que les sucede esto normalmente están en la
adolescencia que es cuando aún no tenemos suficiente madurez para entender como debe funcionar una
relación y por ello, cuando una pareja de adultos cae en esta situación se
considera algo patológico y está relacionado con el miedo a estar solos, con haber generado una codependencia y sobre todo con una baja auto
estima.
La lógica es muy sencilla, si una relación termina
una y otra vez y otra es porque hay algo de fondo que no está funcionando, es
porque que hay cosas que nos crean conflicto y que no nos gustan y que incluso
nos lastiman. Muchas de estas parejas se justifican en el amor, en la
familia y en que no están listos para
dejarse y por eso vuelven, pero la razón real de caer en estas codependencias tiene un fondo muy distinto a estas excusas. Normalmente es porque
ya se acostumbraron o se volvieron "adictos" a este refuerzo emocional intermitente y perdonan constantemente para
sentir la recompensa de la reconciliación y se acostumbraron a vivir tratando de conectar con la pareja.
El mayor problema de estas parejas es que vuelven
una y otra vez sin pasar por un proceso de análisis ni de cambio y sin darse el
tiempo suficiente de crecimiento y reflexión fuera de la pareja, vuelven cada
par de meses y ya parece que por deporte y para volver se basan únicamente en
las promesas, los perdones y las palabras del otro, vuelven no necesariamente porque
crean que la relación está bien si no por no pasar por el periodo de
separación, escogen el menos peor de los infiernos. Cada uno asume, espera y
quiere creer que la otra persona va a cambiar solo porque lo dice o solo porque
en ese momento habla con el dolor de la separación. Estas personas siempre prometen lo mismo
y cada vez fallan con lo mismo, si no cambiaron antes, ¿Por qué van a cambiar
ahora? Y muchas veces no es que no quieran cambiar, es que no reconocen que deben hacerlo y si lo reconocen no saben como
hacerlo y no hicieron nada para lograrlo y otras veces no piensan que ellos fallan sino que el otro falla. Todos sabemos que cambiar no es un
proceso de un par de meses…es el trabajo constante de mucho tiempo y que para que una dinámica de pareja cambie, los dos requieren cambiar. El mayor problema es que siempre regresan
pensando no en lo que es si no en lo que “quisieran que fuera”, o en lo que “alguna
vez fue”, regresan añorando los buenos momentos y no viendo la relación en su realidad
y olvidan que han terminado ¿dos? ¿Tres? ¿Cuatro veces?
Este tipo de relaciones son muy desgastantes y
confusas y además provocan mucha tensión y mucho dolor y te destruyen el alma
poco a poco por lo que se va perdiendo la capacidad de confiar y de estar tranquilo
y en paz con la pareja. El periodo previo al rompimiento, el rompimiento y el sentimiento después del rompimiento son extremadamente dolorosos, tanto que a veces la reconciliación no es suficiente
para compensar el dolor sentido y además en cada ruptura hay pleitos y palabras
de insulto y daños que se van acumulando
y que se quedan en el corazón y que en muchos casos son irreparables.
La única forma de curar estas relaciones es que se
haga un profundo trabajo de terapia o de auto análisis de ambas partes para
entender cual es el problema de fondo, entender que los sigue uniendo y sobre todo que los continúa
separando, ambos tendrán que aceptar responsabilidades y ambos tendrán que
cambiar en su estructura para que la dinámica de la relación logre cambiar,
esto normalmente es posible pero toma mucho tiempo, mucho compromiso, mucha
comunicación, voluntad, respeto, mucho perdón y mucho amor. En
realidad no es nada fácil tras una separación producir un cambio que realmente
marque una relación distinta al menos que se le de el tiempo y el tratamiento
adecuado.
Desafortunadamente la mayoría de las parejas solo
vuelven con la ilusión de que el otro haya cambiado y de que sus diferencias se
arreglen como por arte de magia. Vuelven por esa amnesia emocional y una vez
que la magia de la reconciliación se esfuma surgen otra vez los mismos
problemas y cada vez con mayor intensidad, la relación rota vuelve a florecer y
terminan una vez más y cada vez el conflicto se agrava y el tono de los
insultos aumenta y el dolor se incrementa.
Al final del día la razón por la que terminaron una
vez continuara siendo la misma razón por
la que volverán a terminar una y otra vez (al menos que haya un trabajo
personal de por medio), aunque algunas parejas pasan por este espiral descendente
de intentar y fracasar constantemente y aparentemente lo necesitaron para
llegar al verdadero final, en realidad es una forma muy desgastante, inmadura y cruel de
terminar una relación. Algunas parejas requieren sentir que hicieron todo lo
posible por mantener la relación y siguen tratando sin saber tratar y no saben cuando hacer un recuento de daños y
decir “ya no más” por el bien de todos y para evitar salir demasiado lastimado
de una situación recurrentemente dañina.
Hay que saber entender la diferencia entre “un
nuevo inicio” y “aquí vamos con lo mismo”, hay que saber cuándo marcharse,
saber valorarse y no perderse.